Vientres de alquiler: No todos los deseos deben convertirse en derecho

A continuación os dejamos con un artículo publicado en El Megáfono, el periódico de la Asamblea Interprofesional de Granada. El Megáfono, Asamblea Interprofesional de Granada

Es de interesante lectura, ante un debate tan ardiente que está encima de la mesa.

Vientres de alquiler: No todos los deseos deben convertirse en derecho

Desde hace un tiempo hemos venido escuchando en los medios de comunicación la cuestión de la maternidad subrogada. Se ha logrado situar este tema en la agenda política como si se tratase de una demanda social creciente cuando la realidad nos muestra que no existe actualmente ningún movimiento social con relevancia política que esté reivindicando, en las calles, su regulación.

Algunos partidos políticos, bajo el paraguas de evitar la mercantilización del cuerpo de las mujeres y de la vida humana, se han posicionado en favor de su inclusión bajo una norma legal. Así, Ciudadanos elaboró un proyecto de ley de maternidad subrogada en el que, inicialmente, establecía como requisito para poder ser madre gestante el de tener acceso a “los antecedentes penales”. Así es como la ideología se enmascara detrás de las leyes supuestamente neutrales. Cuando Ciudadanos pedía los antecedentes penales de la madre gestante (sin pedir los antecedentes de los padres adoptantes), daba por hecho que la mujer que se sometiese a dicho proceso iba a ser una mujer pobre con un pasado probablemente delictivo.

Hace unos días, saltaban a la prensa las declaraciones sobre este tema de Mónica Oltra, quien señaló que había que dar una solución “al sufrimiento de las mujeres que quieren ser madres y no pueden serlo, también desde el punto de vista feminista”. El propio Íñigo Errejón hablaba, hace no tanto tiempo, de la maternidad subrogada definiéndola como “la voluntad altruista de donar una capacidad”.

El problema de este tipo de planteamientos es que se entra en los debates políticos sin pensar en quién es el sector social que está detrás de su inclusión en la esfera pública. Desde hace ya tiempo la izquierda ha perdido la capacidad de imaginar un mundo sin capitalismo. Sin embargo, muchos de quienes empezamos a militar, lo hicimos convencidos de que la felicidad del ser humano y la justicia solo se alcanzarían acabando con el Estado burgués y alcanzando así la sociedad sin clases. Derrotados y, asumiendo que este proceso iba a ser más lento de lo deseado, comenzamos a convivir en el Estado social, una conquista del movimiento obrero. De algún modo, se reducía el beneficio empresarial a costa de reconocer derechos sociales: vivienda, sanidad, educación, protección por desempleo, protección en la vejez, etc. Llegados a este punto, lo que debiéramos preguntarnos es para qué vinimos a hacer política (institucional o en la calle).

Y, sin duda, la respuesta debiera ser que vinimos a hacer política para tutelar los derechos de los nuestros y, más concretamente, los de la clase trabajadora. Partiendo de esta base, debiéramos preguntarnos en qué modo beneficiaría la maternidad subrogada y su regulación a la clase obrera.

Yo, particularmente, no percibo en qué manera las condiciones materiales de vida de los de abajo podrían verse mejoradas por la regulación legal de los vientres de alquiler, en un Estado en el que, sistemáticamente, se están recortando derechos a los obreros. Por tanto, si vinimos a defender a los nuestros, lo que debemos hacer es posicionarnos políticamente en torno a los problemas diarios de la clase trabajadora, que son la precariedad, las violencias machistas, el desempleo, la falta de acceso a una vivienda digna… Así, el debate no es el de dar solución al sufrimiento de las mujeres que quieren ser madres y no pueden. El debate es el de dar solución al sufrimiento de los hijos de la clase obrera que, viniendo de entornos desestructurados, acaban su infancia en un centro de acogida o de menores a la espera de ser adoptados o acogidos temporalmente.

La izquierda, que viene a defender a los suyos, tiene que situar en el centro del debate el derecho de los hijos de los pobres a tener una familia, teniendo presente que no existe el derecho de los adultos a tener hijos biológicos. No existe en el seno de la clase obrera un problema de maternidad o paternidad biológica frustrada, más allá de que nuestros compañeros trabajadores no puedan formar un proyecto de familia tan pronto como les gustaría, porque las condiciones de precariedad laboral y económica no se lo permiten. Por ello, las mujeres obreras reivindicaron el aborto público, gratuito y de calidad.

Por tanto, la mejor solución para acabar con el sufrimiento de las mujeres de clase alta que quieren ser madres y no pueden es agilizar los trámites para que adopten a un menor pobre. Cuidar a un hijo del proletariado, al hijo de una mujer obrera, que no pudo hacerse cargo de él, eso sí que es feminista, altruista y revolucionaria.

vientres de alquiler II

Glovo mata

A continuación os dejamos con el comunicado de la Asamblea Interprofesional de Granada ante la muerte de un trabajador de Glovo Glovo mata

La precariedad laboral mata

El sábado 25 de mayo, en Barcelona, moría un trabajador que repartía comida a domicilio. Había sido atropellado por un camión del servicio de limpieza. Llevaba en ese momento una mochila de la plataforma digital Glovo. Que se tenga constancia, es la primera muerte de un repartidor de estas compañías que sucede en España.
El hecho provocó la indignación de compañeros y trabajadores del sector que lo vinculan con la situación de precariedad donde compañías como Glovo niegan a estos trabajadores la consideración de empleados suyos, de trabajadores por cuenta ajena: Glovo fuerza a estos trabajadores a darse de alta como “autónomos” para lavarse las manos en todo lo relacionado con derechos laborales pues son “colaboradores” y no empleados.

Glovo mata II
Tras conocerse el fallecimiento de este trabajador se han convocado diferentes actos de denuncia a las puertas de la empresa para, además de recordar al compañero fallecido, exigir a la compañía un cambio en su política: bajo los eufemismos de economía colaborativa, riders, colaboradores y demás terminología lo que se oculta son formas intensivas de explotación de los trabajadores y suculentos beneficios para la empresa a costa de la precariedad y la falta de derechos de los currantes.
Así el trabajador fallecido operaba con la cuenta de un tercero, algo bastante habitual aunque la empresa lo rechaza: para conseguir tener mejores horarios es condición el estar el mayor tiempo posible activo en la aplicación lo que en ocasiones se traduce en jornadas de 12 y 13 horas diarias. El efecto es el aumento del riesgo en la conducción por el cansancio y el agotamiento. Esto está en sintónia con lo que organizaciones de trabajadores de Glovo como Free Rider destacan al señalar que la empresa incumple de manera sistemática todo lo relacionado con la prevención de riesgos laborales.
Frente a esta situación desde la Asamblea Interprofesional de Granada además de mostrar nuestro pésame a la familia y compañeros del trabajador fallecido, animamos a los trabajadores del sector a organizarse en todos lo lugares donde se encuentren, aquí en Granada también, para lo que les mostramos nuestro apoyo y nuestra disposición para facilitar lo que puedan necesitar para dar los pasos necesarios: desde asesoría jurídica a lugares de reunión pasando nuestros medios de difusión para servir de altavoz a sus reivindicaciones y cualquier otra cosa que puedan señalarnos.
Estos trabajadores cada vez son más visibles en nuestras calles, en nuestras ciudades. Cada vez están más presentes en nuestro día a día. Nosotros sí los reconocemos como trabajadores, como nuestros compañeros de clase y por ello tienen toda nuestra solidaridad. Unificar luchas. Solidaridad obrera.

Ni una muerte más en el tajo

Seguridad y convenio en el trabajo

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Vivienda mercancía y desahucio

A continuación os dejamos el artículo sobre vivienda que fue publicado en el periódico El Megáfono número 61

Vivienda mercancía y desahucio

En los últimos tiempos estamos asistiendo a un progresivo cambio en el perfil de las personas que se encuentran con problemas para hacer efectivo el derecho a la vivienda. Tiene que ver con el aumento del número de personas que no pueden permanecer en la vivienda que habitaban ya sea porque sus caseros no le renuevan su contrato, ya sea por subidas del alquiler que no pueden afrontar: en definitiva personas que tienen que abandonar, en contra de su voluntad, el lugar donde vivían. Todo ello eso bajo la más estricta legalidad. Cada vez son más las voces que califican estos hechos como “desahucios invisibles”, hechos que esconden abusos y violencia inmobiliaria a la que los propios inquilinos se han tenido que resignar.

La vivienda es un derecho II

Pero ¿por qué se llega a esta situación? El motivo tiene que ver con el alza cada vez mayor de los precios de los alquileres de las viviendas que en lugar de dedicarse al uso residencial se destinan a pisos turísticos que reportan beneficios mayores para los propietarios, entre los que cada vez destacan más los grandes fondos de inversión que están marcando no la ausencia de política de vivienda por parte de las administraciones sino precisamente el establecimiento de un tipo concreto de política por parte de estas administraciones que beneficia este tipo de uso.

La vivienda es un derecho IVEl mejor ejemplo de este tipo de política fue la ley de arrendamientos urbanos que el Partido Popular modificó en 2013 y que se orientaba a ofrecer más garantías a los propietarios de viviendas, reduciendo la duración de los contratos de alquiler de 5 años a 3 años. El efecto subsiguiente ha sido que, con la finalización de numerosos contratos de alquiler firmados con las condiciones de los 5 años, los desahucios por impago de alquiler no dejan de crecer años tras años.

Y todo esto tiene que ver con la lógica del capitalismo, por la cual la vivienda es una mercancía más. Como tal mercancía tiene un valor de uso evidente que permite satisfacer una necesidad: posibilita tener un techo bajo el que cobijarse, descansar etc., pero tiene también un valor de cambio por el cual, para poder acceder a ella, estamos obligados a poder acceder al mercado, ya sea a través de una hipoteca -para convertirnos en propietarios- ya sea a través del alquiler. A esto se subordina todo lo demás. Es lo que tiene primacía. Esta mercancía se destina a aquello que posibilita un beneficio mayor y no necesariamente a aquello que socialmente sea más necesario.

La vivienda es un derecho. no a la gentrificaciónEsto no debería sorprendernos pues es de esperar, bajo el capitalismo. Otra cosa distinta es una ingenuidad que nos remite a la impotencia. Esta lógica es la que lleva por ejemplo a convertir el centro de nuestra ciudad en una especie de parque de atracciones para los turistas en la que los trabajadores sólo están en calidad de un engranaje más de esta “feria” como denunciaban los compañeros de la Asamblea Interprofesional en la última ruta en defensa de los derechos de los trabajadores de la Hostelería.

Aquí tenemos que ser muy claros. ¿Quiénes son los que principalmente están sufriendo esta situación? Pues como pasa siempre en el capitalismo las familias de clase obrera son las principales víctimas. Para ellas los datos nos remiten a que garantizar el cubrir esta necesidad básica, ya sea a través de la propiedad o a través del alquiler, puede suponer o incluso superar ya el 50% de sus ingresos (de ahí que cada vez más sea necesario que en una familia obrera trabajen fuera de casa más componentes de la misma, bajo las condiciones que sea) bajo la modalidad de propiedad o alquiler. Ingresos que hay que añadir que, para un porentaje nada desdeñable y cada vez mayor de la clase obrera, ni siquiera son capaces de garantizar las mínimas condiciones de vida. Eso es lo que nos presentan, de manera eufemística, como el hundimiento de la clase media.

La vivienda es un derecho III

Bajo el capitalismo la vivienda nunca será un derecho sino que siempre será una mercancía. Eso lo estamos aprendiendo los trabajadores de la peor manera posible con nuestro sufrimiento e incluso con nuestras vidas. Y no podemos olvidarlo en los tiempos que están por venir de eso que llaman “las burbujas del alquiler”.

la vivienda es un derecho no una mercancía

No más cortes de luz en los barrios obreros. Barrios olvidados

El pasado viernes 22 de Marzo tuvo lugar una manifestación contra los cortes de luz que sufre las familias en la zona norte de Granada. A continuación os dejamos el vídeo de la movilización y una reflexión de los compañeros del portal rebeldemule sobre la manifestación contra los cortes de luz en los barrios obreros de la zona norte de la ciudad de Granada.

Mucho se ha hablado de que el sabotaje en Venezuela a una central eléctrica ha dejado sin suministro a la población. Poco de que lo mismo viene sucediendo en las barriadas de Zona Norte de Granada, ciudad de la turbocapitalista España.

Lo que empezó siendo una medida excepcional de la trasnacional Endesa hace unos años, aplicada de manera irregular, se ha intensificado. Este invierno ha sido frecuente no disponer de más de dos horas diarias de luz. En los colegios, niños y docentes no han conocido los beneficios de la calefacción en un territorio especialmente frío. Los frigoríficos han pasado a hacer las veces de estante de cocina. El impacto en las personas mayores y dependientes está siendo demoledor. Los centros de salud viven en alerta sanitaria permanente. Como en «Captain Fantastic», la vida ha retrocedido al Neolítico, aunque no por propia voluntad.

Endesa, que espera incrementar en 6.300 millones de euros sus beneficios hasta 2021, suministra estos generosos cortes como contramedida a la proliferación de empalmes ilegales a la red eléctrica, triquiñuela de las mafias que de este modo abastacen a los huertos urbanos clandestinos en los que cultivan marihuana. Efectivamente, es esta una alternativa económica realista para 26.000 proletarios desarmados por una tasa de desempleo del 67%, de la cuál el 80% es de larga duración, un analfabetismo del 10 % y el golpe de que un 50% de sus hijos dejen los estudios tras la secundaria, según informa el compañero Mario Picazo, párroco de nuestra Señora de la Paz. Pero eso no se combate programando el desabastecimiento, sino con organizaciones independientes de clase, planes de empleo y bienestar social. Zona Norte es el laboratorio a escala de lo que el anarcocapitalismo aspira universalizar: un territorio devastado, desesperanzado, donde el imperio de la ley dependa del capricho empresarial, nuevo monarca absolutista, y no conozca rival.

 

Cuando vuelva la luz a Venezuela, por Isaac Rosa

CUANDO VUELVA LA LUZ A VENEZUELA

Cuando vuelva la luz a Venezuela veremos y quizás sabremos si el apagón de estos días es la última muestra de ineficacia y abandono en un país devastado económica y socialmente, o si ha sido un sabotaje a gran escala (hipótesis nada magufa: hace años que las potencias militares son capaces de colapsar las infraestructuras básicas de un país sin lanzar un solo misil).

Cuba atribuye el apagón en Venezuela a un "sabotaje" y "acto terrorista" de EE.UU.

Cuando vuelva la luz a Venezuela veremos y quizás sabremos todo lo sucedido en estos últimos meses, y que ahora no vemos. A veces se te acostumbran las pupilas a la oscuridad y acabas viendo algo, como el camión ese que ardió con ayuda humanitaria en la frontera colombiana. Los grandes medios han necesitado dos semanas para ver lo que algunos ya vieron (y denunciaron) el mismo día: que el fuego no vino del lado venezolano, sino de quienes acompañaban tan humanitarios camiones con cócteles molotov. La acusación a las autoridades venezolanas ocupó portadas y telediarios de medio planeta, pero el desmentido queda para páginas interiores, típico efecto secundario de la falta de visión en un apagón.

Cuando vuelva la luz a Venezuela veremos todo aquello que ahora no vemos, como ya pasó en otros países invadidos, atacados o desestabilizados. Volvió la luz y no aparecieron las armas de destrucción masiva, ni las catástrofes humanitarias, ni los crímenes contra la humanidad ni los terroristas, y a cambio la luz mostró países devastados, daños «colaterales», sociedades condenadas a retroceder décadas, gobiernos títeres y recursos saqueados.

Toda guerra, injerencia, golpe de Estado o revolución de colores va precedida de un apagón. O de varios apagones: el informativo es el primero, aunque de una vez para otra se nos olvida la vieja máxima de que «la verdad es la primera víctima de la guerra», que no es una frase de taza de desayuno sino una obviedad confirmada en cada conflicto. El apagón informativo no implica oscuridad sino todo lo contrario: mucha luz, tanta que deslumbra, ciega, quema. En el caso de Venezuela, dos décadas bajo una potente linterna y una lente de aumento, a menudo deformante.

Junto al apagón informativo, toda injerencia «humanitaria» va acompañada de un apagón legal: saltan los fusibles de la legalidad internacional, mandan los hechos consumados, que sientan precedentes y facilitan futuros quebrantos de la misma legalidad. En el caso venezolano, la descarada injerencia, evidente en el inédito episodio de los camiones (con dos países, Colombia y Brasil, facilitando una violación de fronteras), abre nuevos caminos para futuras injerencias.

No solo se apagan la información y la legalidad: también, por desgracia, nuestro juicio crítico sufre un apagón. No vemos, y a menudo no queremos ver. Un apagón que tiene mucho de amnesia: impresiona cómo en cada nuevo conflicto se nos olvida lo sucedido en anteriores conflictos, la intoxicación informativa que nos tragamos, la decepción al descubrir la verdad cuando ya era tarde. Otra vez nos desentendemos, nos conformamos con el tuit simplificador y las profecías autocumplidas, aceptamos reglas de juego con trampa y debates dirigidos.

Yo reconozco que no sé apenas qué pasa en Venezuela. Pero sí sé lo que pasó en Irak, Afganistán, Yugoslavia, Siria, Libia y tantos otros países. No soy indiferente al sufrimiento cierto del pueblo venezolano ni a su deterioro democrático, como no lo era con todos aquellos pueblos que no mejoraron sus vidas ni ganaron democracia tras ser invadidos, bombardeados o desintegrados, perdiendo a cambio la soberanía. ¿Nos volverá a pasar ahora? ¿Nos sorprenderemos e indignaremos una vez más cuando vuelva la luz? ¿No aprendemos?

Noticia publicada en eldiario.es

Venezuela se respeta

POR LA PAZ, LA INDEPENDENCIA Y LA SOBERANÍA NACIONAL

¡NO A INTERVENCIÓN!

¡VENEZUELA SE RESPETA!

 

Frente a la autoproclamación de Juan Guaidó, Nicolás Maduro fue elegido por sufragio universal. El 20 de mayo de 2018 la coalición electroal encabezada por Nicolás Maduro gana las elecciones con más de 6 millones de votos.

Resulatado de las elecciones de Mayo de 2018

Observadores internacionales

Frente a estos resultados no hay ninguna impugnanción de los mismos, ninguna denuncia de fraude frente a ninguna institución electoral, judicial o política.

150 observadores internacionales, 14 comisiones electorales de 8 paises, 18 periodistas extranjeros, el Consejo Latinoamericano de Expertos Electorales, delegagos de la Comisión Electoral Rusa, Common Frontiers e incluso ex-jefes de gobierno como Rafael Correa o José Luis Rodríguez Zapatero, avalan la limpieza del proceso en el que concurrieron otros candidatos.

Nicolás Maduro obtuvo el 31,7{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de los votos. Este porcentaje contrasta con el de otros mandatarios como Theresa May (29,1{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}), Donald Trump (27,3{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}), Mauricio Macri (26,8{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}), Pedro Sánchez (15,02{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}) y Enmanuel Macron (11,69{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}).

Frente a este panorama, se ha desarrollado una campaña de boicot para no reconocer la legitimidad de Nicolás Maduro y su gobierno.

Pero ni la ONU, ni la Unión Europea, ni la Organización de Estados Americanos, como instituciones internacionales han reconocido al autoproclamado Guaidó.

Campaña ideológica

Campaña mediática contra Venezuela

Los grandes medios de comunicación intentan crear un estado de opinión favorable a un golpe de estado, a través de la publicación de noticias falsas y desenfocadas sobre Venezuela.

Esta campaña de desprestigio del gobierno venezolano está liderada por EE.UU. A la que también se suman países como Colombia, Chile, México, Alemania y España, entre otros muchos.

Las agencias internacionales Reuters, Associated Press y Agence France-Presee se han convertido en las principales agencias productoras de noticias falsas sobre Venezuela.

Sabemos más de Venezuela que de las condiciones de vida de nuestros vecinos. Los grandes medios de comunicación internacionales, que ni son imparciales ni neutrales. Están en el bando golpista.

Sólo el periódico El País mencionó negativamente a Venezuela en 249 de las 365 ediciones del 2017.

El lema “no hay libertad de expresión” es una constante. Vale recordar que el 80{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de medios de comunicación de Venezuela son privados, la mayoría pertenecen o están vinculados a la oposición de derecha y emiten su propaganda con absoluta libertad. Las agencias internacionales operan en Venezuela sin ningun impedimento ni limitación.

Esta campaña ideolgógica favorable a un GOLPE DE ESTADO y una INTERVENCIÓN MILITAR, se ha ido fraguando junto a un acoso económico interno sufrido dentro del país, protagonizado por estos actores que aspiran a controlar los grandes recursos naturales de Venezuela, sin importarles el sufrimiento que pueda ocasionar conseguir tales fines.

¡No es la democracia, es el petróleo!

Venezuela es la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo. Cuenta con del 18{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} del total de reservas de petróleo globales probadas. Venezuela es la octava potencia mundial en reservas de gas natural.

 

Es el segundo país con mayor reserva de oro.

Es el quinto país en reservas de hierro.

Cuenta con con importantes reservas de agua dulce, oro, diamantes y coltán.

Los asuntos internos de Venezuela tienen interés porque son gigantescos los intereses económicos internacionales y geoestratégicos que están en juego. No más guerras de saqueo. No más sangre por petróleo.

Crisis humanitaria o guerra económico

Los EEUU roban 6.200 millones de euros que pertenecen a empresas públicas Venezolanas. CITGO es una empresa pública petrolífera Venezolana con infraestructura en Estados Unidos que ha sido robada con publicidad e impunidad a la vista de todo el mundo.

Bancos internacionales de pagos retienen ilegalmente 2.217 millones de euros que pertenecen a la República Bolivariana de Venezuela. El Banco de Inglaterra y el Gobierno del Reino Unido ha secuestrado 1.064 millones de dolares en oro que pertenecen al Banco Central de Venezuela.

El sabotaje financiero internacional que ha impedido la entrada de 15.075 millones de euros en divisas…

El bloqueo (de bancos internacionales como Commerzbank, Citibank, Banco Novo Portugal, UBS, Deutsche Bank… por presiones del departamento del Tesoro de los EEUU), el estrangulamiento financiero (de intermediadores internacionales como Euroclear o PNC Bank) y la especulación financiera (de agencias de calificación de riesgo) el perjuicio económico causado al pueblo de Venezuela desde 2013 se calcula en pérdidas por valor de 310.000 millones de euros en producción de bienes y servicios.

El Comité Internacional de la Cruz Roja la ha desautorizado la supuesta ayuda humanitaria, saboteada por los propios golpistas.

La patronal imponte desasbastecimiento y acciones de guerra no convencional como el corte de luz nacional provocado hambre, privaciones, terror y chantaje al pueblo de Venezuela.

Por todo ello, sal a la calle

Concentración Jueves 21 de Marzo a las 19:30 en la Plaza del Carmen

Lola: «No te arrodilles nunca para fregar»

SOBRE EL 8 DE MARZO

¿Qué es el feminismo? Esta pregunta, aparentemente sencilla, es la cuestión más compleja que tenemos que resolver en este momento.

El término <<feminismo>> ha ocupado un mayor espacio en nuestro entorno en los últimos tiempos. Es relativamente fácil oírlo en los medios, en las tertulias televisivas, en las sobremesas con familiares, etc. Si bien es cierto que hay reticencias, en especial, por parte de los sectores políticos más conservadores, a la hora de reivindicarse como feministas, lo cierto es que hay un consenso social según el cual la lucha por los derechos de las mujeres es un espacio que hay que ocupar políticamente. Al fin y al cabo, esto da votos.

No podemos negar que esta es una de las victorias del movimiento feminista. La presencia de este movimiento a través de diversas campañas como el “me too”, “yo sí te creo”, “cuéntalo”, etc. han provocado la conmoción y movilización sociales. Han provocado la visibilización de muchos problemas colectivos que se vivían de forma individual. El éxito, en términos participativos, de la huelga del 8 de marzo del año pasado, ha desencadenado en que, en mayor o menor medida, todos los agentes políticos y, en especial, los partidos hagan bandera de ser “feministas” o de luchar “por la igualdad”. Cada uno a su manera, eso sí. Y precisamente, ese es el problema y la debilidad del actual movimiento feminista. En esta semana me han sorprendido dos titulares: el primero de ellos, anunciaba que la reina Letizia secundaría la huelga del 8M; el segundo, anunciaba el decálogo feminista liberal de Inés Arrimadas. En mi opinión, aquí radica el mayor problema y la mayor debilidad del actual movimiento feminista.

El feminismo, como teoría política, social o económica, no ha sido capaz de generar un núcleo duro de ideas o caracteres que lo definan y que deban ser asumidos por quienes se reivindiquen como tales. Esa es la razón por la cual hoy en día una actuación y la contraria pueden ser calificadas como feministas. Por ejemplo: no sabemos si el hecho de que una mujer venda a un hijo suyo es maternidad subrogada y empoderamiento o si es mercantilización de la vida y favorecimiento de privilegios capitalistas y patriarcales.
En términos económicos esto se entiende muy bien. Sería algo así como si, dentro del marxismo, ante una misma situación, por ejemplo, que un obrero trabaje 14 horas diarias, un sector considerase que es libertad individual y otro sector considerase que es explotación laboral, reivindicándose, ambos, como marxistas.

En mi opinión, este es el problema fundamental del feminismo en la actualidad y corresponde al movimiento feminista solventarlo y responder a las preguntas concretas: “¿puede hacer huelga la reina?” “¿el feminismo liberal es regularizar la prostitución como actividad laboral?” Esto no supone desatender o rechazar la diversidad del feminismo, supone darle forma para crear un núcleo estructural de ideas para avanzar en eliminar las desigualdades a las que se enfrentan diariamente las mujeres.
Por eso, para responder a la pregunta de qué es el feminismo, con ocasión de reivindicar esta idea el próximo 8 de marzo, os traigo la siguiente anécdota.

Lola

La protagonista de nuestra historia es una mujer, de familia obrera, se llama Lola y, desde los siete años, la pusieron a “servir”, es decir, comenzó a trabajar como empleada de hogar. Trabajaba en casa de una familia adinerada, en el centro de Córdoba. Lola ya ha crecido, ya ha tenido hijos y también nietos y nietas. Un día, mientras Lola limpiaba una casa con una de sus nietas, la niña se agachó y, de rodillas en el suelo, comenzó a fregar una bañera. Entonces, Lola le reprochó:

niña, levántate del suelo. No te arrodilles nunca para fregar, si quieren a alguien que se agache, que lo hagan ellas.

La niña no terminó de entender el enfado de su abuela Lola, pero se incorporó y continuó limpiando. Con el tiempo supo que Lola había vivido su infancia, desde los siete años, y toda su adolescencia fregando de rodillas. “Sus señoras” (así es como llamaba Lola a sus jefas), la obligaban a fregar arrodillada. Podían haberle comprado una fregona, tenían dinero suficiente para hacerlo, pero ver a Lola, hija de obreros, con tan solo siete años, fregando de rodillas, formaba parte del ritual clasista y de explotación utilizado por “las señoras” para someter a las hijas del proletariado.

Esta historia real refleja perfectamente lo que es el feminismo. Como teoría política el feminismo parte de la premisa de la desigualdad de la mujer, pero esta desigualdad, no puede desvincularse ni explicarse al margen sistema económico y, si no situamos el eje de clase dentro del feminismo, nunca conseguiremos erradicar la desigualdad estructural de la mujer. Esto no significa que el eje de clase por sí solo explique la desigualdad de las mujeres, pero sin este eje dentro del debate feminista, nunca llegaremos a la raíz o causa última de la discriminación de estas. Por lo tanto, el feminismo, en tanto que teoría emancipadora, nunca podrá ser libertador si no es anticapitalista, ya que el capitalismo es la fuente de todas las desigualdades. El capitalismo cosifica y somete a las mujeres, las controla más allá del propio plusvalor que obtiene de ellas como trabajadoras, ya que, el control del capital sobre la mujer se extiende también a sus propios cuerpos. Partiendo de esta premisa, no podemos admitir que exista el famoso “feminismo liberal” del que algunos se hacen eco en los últimos días. El feminismo, cuyo fin último es erradicar las desigualdades de género, nunca podrá lograr este objetivo sin ser anticapitalista. Hablar de feminismo liberal en los términos hoy expuestos es una contradicción en sí misma. Las mujeres nunca serán hermanas entre sí por el simple hecho de ser mujeres y las nietas de las obreras no vinimos aquí para ser feministas liberales.

Por lo tanto, este 8 de marzo salimos a reivindicarnos como mujeres trabajadoras

 

Contra el Golpe de Estado en Venezuela: Comunicado

Ante los graves acontecimientos que hoy se desarrollan en Venezuela las distintas organizaciones políticas, sindicales y cívicas de la ciudad de Granada abajo firmantes hacen un llamamiento al pueblo Andaluz para denunciar y condenar el golpe de estado internacional y las injerencias extranjeras en Venezuela con que el imperialismo y las élites económicas y políticas que lo dirigen intentan socavar la soberanía nacional de la República Bolivariana de Venezuela, derrocar a su gobierno legítimo e imponer una confrontación civil de carácter internacional.

La situación no es nueva. En el año 2002 intentaron dar otro golpe de estado llegando al extremo de secuestrar al presidente Hugo Chávez y situar en el palacio presidencial al presidente de los empresarios venezolanos Pedro Carmona Estanga. Toda una declaración de intenciones ante la cual sobran los discursos y las soflamas de los medios de comunicación acerca de la “libertad” y la “democracia”. Los mismos que entonces apoyaron y organizaron aquel golpe de estado están detrás de esta maniobra política y mediática con que la oligarquía venezolana, por medio de la extrema derecha, pretende usurpar ilegal, ilegítima y antidemocráticamente el gobierno bolivariano para ponerlo al servicio de las potencias imperialistas extranjeras.

La campaña internacional por el “reconocimiento” del autoproclamado Juan Guaidó como “nuevo presidente” deja en evidencia como cada vez más los mecanismos democráticos más elementales son considerados un accesorio superfluo o innecesario para el mundo de los negocios. Los reglamentos mínimos de la legalidad internacional, así como los resortes democráticos de participación suponen un obstáculo para un sistema económico en descomposición que tiene por objetivo fundamental obtener beneficios. Da igual el precio a pagar por ello. Si para que renten los negocios hay que empobrecer a los pueblos, socavar su soberanía, robar sus recursos materiales o atacar a sus poblaciones, se los empobrece, somete, roba y ataca. En Venezuela no hay un problema de déficit democrático como intentan vendernos a través de sus medios de comunicación para que cerremos los ojos y apoyemos este acto ilegal, ilegítimo y antidemocrático. En Venezuela hay petroleo, mucho petroleo. Pero además hay otros inmensos y valiosísimos recursos naturales. Las multinacionales y especialmente el imperialismo norteamericano se creen con el derecho a disponer de ellos como si fuesen suyas. En ese sentido, denunciamos al Gobierno de Pedro Sánchez y su chantaje que sólo tiene como objetivo acabar reconociendo a Juan Guaidó como presidente de Venezuela entrometiéndose en los asuntos internos de dicho país alineándose de ese modo a la derecha y extrema derecha del estado español.

Los que explotan al pueblo trabajador, los que nos roban día a día, los que desahucian a las familias trabajadoras, los que pretenden deportar a los trabajadores y trabajadoras inmigrantes, quienes atacan los servicios sociales básicos y derechos elementales como pensiones, sanidad y educación públicas, quienes ya no toleran la libertad de expresión, quienes intervienen militarmente en otros países con el único fin de obtener lucro, quienes nos imponen explotación, paro y precariedad, quienes nos empujan a vivir miserablemente y sin expectativas de futuro, quienes nos empujan a emigrar, quienes ponen en peligro el medio ambiente y organizan guerras imperialistas por todo el globo… son quienes alientan, apoyan y organizan este golpe de estado orquestado internacionalmente en beneficio de los intereses de las grandes multinacionales y los grandes monopolios de la extracción de recursos naturales. En esa tarea están y pretenden convencer al pueblo trabajador a través de la manipulación más descarada por sus medios de censura y desinformación. Tienen la osadía de pretender revestir de “acto democrático” un golpe de estado que la oligarquía venezolana quiere imponer a través de la extrema derecha que una y otra vez ha quedado absolutamente desacreditada ante el pueblo venezolano, que una y otra vez no ha podido ganar en las urnas al Gobierno Bolivariano.

Las organizaciones firmantes denunciamos el golpe de estado de la extrema derecha en Venezuela con la colaboración del imperialismo y llamamos al pueblo andaluz a rebelarse ante esta situación diciendo ¡Basta a las injerencias imperialistas! ¡Ningún reconocimiento al autoproclamado Juan Guaidó como presidente por parte del gobierno del Estado español!

Nadie salvo el pueblo trabajador de Venezuela tiene el derecho a elegir o deponer a sus gobernantes. Son los trabajadores y trabajadoras de Venezuela quienes tienen que determinar su futuro y no Donald Trump, Bolsonaro…, la OEA o la Unión Europea.

La solidaridad internacionalista es el arma de los pueblos. ¡Por la paz, la democracia, la soberanía de los pueblos!

 

Colectivo de la Ribera

Izquierda Anticapitalista Revolucionaria

Izquierda Unida

Marchas de la dignidad

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Contra el Golpe de Estado en Venezuela

Como contrapeso, ante los que repiten, para apoyar el golpismo en Venezuela, que Maduro es un usurpador, dejamos una serie de enlaces para deshacer las mentiras que los medios de comunicación repiten de manera casi unánime para legitimar, una vez más, el imperialismo y el fascismo.

En primer lugar un artículo que con diez verdades trata de deshacer la mentira del carácter ilegítimo de la presidencia de Maduro.

En segundo lugar, un enlace a una entrevista realizada al expredidente Zapatero, realizada por un medio argentino (aquí los medios han preferido darle voz a Felipe Gonzalez), donde reconoce las verdaderas razones de los sucesos en Venezuela.

¿Ilegítimo por qué?

 

Zapatero: la obsesión que hay con Venezuela se debe a intereses gigantescos económicos y políticos»

 

Las cifras cantan cuando dicen que Venezuela es una dictadura:

Nicolás Maduro de Venezuela con el 31,7{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de participación obtuvo el 67,8{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de síes.

Donald Trump de los EEUU con el 27,3{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de participantes obtuvo el 46{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} de síes.

Mauricio Macri de Argentina con el 26,8{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} obtuvo el 51,2{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}.

Sebastián Piñera de Chile con el 26,5{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} obtuvo el 54,6{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}.

J. P. Santos de Colombia con el 23,7{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} obtuvo el 53,1{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}.

Y Juan Guaido de Venezuela con el 0,00{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351} obtuvo el 0,00{adc1a718f5b3fba683992c834cc0c3d465e84b8e6776cb24795aa5a307525351}.

Isaac Rosa, Feliz final. Triste historicismo

En un viejo relato de Quim Monzó el príncipe azul encuentra en mitad del bosque a la princesa anestesiada. La besa. La despierta. Recorre su cuerpo y hace el amor con ella. Justo al terminar, al menos así recuerdo yo el cuento, vislumbra un poco más allá otra princesa dormida que reclama ser despertada. Y un poco más allá una tercera. La cuarta… Es un cuento magnífico sobre la lógica del deseo. Durante las primeras páginas de Feliz final pensé que Isaac Rosa contraponía esta lógica del deseo, infinito y repetitivo, en el que todo es aparentemente distinto pero exactamente igual, como princesas roncadoras a la espera de un encuentro sexual, al compromiso ético, al acto de amor del que hablan Badiou o Žižek, al acontecimiento que suspende la lógica repetida del deseo. Pero no es así.

Al comienzo de la novela, al final de la relación -cuando han vaciado la casa en la que convivieron- Ángela, que ya sabe que Antonio no quiere mantener la relación, alega por este compromiso ético que nos ata contra la lógica del consumo -algo que Isaac Rosa ya trató en La habitación oscura (2013): siempre acabamos invocando la libertad, pero qué libertad es esa, la jodida libertad es la trampa con la que nos están quitando el suelo bajo nuestros pies, estoy hasta el coño de tanta libertad, libertad de elegir colegio, libertad de elegir médico, libertad de elegir una carrera, un trabajo, un futuro, libertad de negociar tus condiciones directamente con el empresario […] y todo ese amor que no es amor libre sino liberalizado, ¡que se vayan a la mierda con su libertad! [p.44-5]

Esa libertad que no es más que la lógica huidiza del deseo, es la que corrompería ese compromiso ético: Aquella noche, en el hostal sin calefacción, nos abrazamos para quitarnos el frío, pero éramos nosotros los que irradiábamos frío porque estábamos muertos. En esos meses me apretaba contra ti cada noche, sí, pero cuanto más lo hacía, más sentía que abrazaba un cadáver. El cadáver de tu deseo. Era tu deseo lo que estaba muerto, descomponiéndose allí mismo, entre mis brazos, apestando. [p. 80]

A pesar de este comienzo, Feliz final no hurga en la posibilidad de las dificultades y las consecuencias de un compromiso que se rompa con la repetición del deseo. Un acontecimiento al que ser fiel porque el acontecimiento nos ha definido.

Feliz final opta por la estructura contraria, por el historicismo. Los narradores, ellos, van reconstruyendo su historia de pareja como si cada una de las acciones desde que se conocieron hasta la ruptura fuesen concatenaciones determinadas. No diré mecánicas, pero sí encaminándolos hacia la ruptura inevitable. Un camino vallado que inevitablemente se transita, como ríos al mar que es el morir:

Una línea continua y con aspecto de relieve montañoso, que sube o baja según el momento. El comienzo súbito al enamorarnos, el alza eufórica de los primeros años, casi vertical, cuando crees que ya no puedes amar más y sin embargo subes y subes. La conquista de las alturas, donde acampar una temporada que coincidiría con el nacimiento y los primeros años de las niñas. Hasta que empieza el descenso, ese rodar barranco abajo desamándonos, una bajada con dientes de sierra pero sin perder nunca la tendencia, con saltos escarpados, algún momento de engañosa remontada pero siempre perdiendo altura hasta que nos estrellamos en ese doble y consecutivo acantilado que sería nuestro deterioro máximo, la desconexión emocional: el stonewalling, la infidelidad. Quedamos entonces en lo más profundo durante un tiempo, arrastrándonos, hasta que nos reconciliamos y ascendemos una suave colina, recobramos algo de la altura perdida, para finalmente derrumbarnos y tocar el suelo en el momento de la separación. Es bastante fiel, ¿verdad? Somos nosotros, nuestra vida compartida. [p. 158]

Este fragmento resume la novela y, aunque invierte la estructura narrativa, muestra el historicismo pesimista de quien lee la historia desde la derrota. Da igual que Isaac Rosa vincule la ruptura de la pareja a la evolución de nuestro saldo bancario [p. 158], no de una manera simplista, sino desde la convicción de que las dificultades económicas por diversos motivos (por ejemplo, la necesidad de dedicar más horas al trabajo para la obtención de renta o la inseguridad) empeoran las relaciones sentimentales. Da igual también que Feliz final nos recuerde que la lógica poliamorosa del capitalismo no difiere de la lógica mercantil de nuestros cuerpos a nuestras relaciones más íntimas.

No, la lógica de la muerte de la pareja es una lógica historicista que también se repite una y otra vez alternando tragedia y comedia: Somos nosotros los responsables de este fracaso. Tú y yo. No fue la crisis económica. No es el capitalismo. No somos un remake precario de otra historia que, protagonizada por una pareja acomodada, termina bien. [p. 162]

Ángela y Antonio, un fracaso de manual que reúne todo aquello que no deben hacer si quieren seguir juntos. […] Me sorprendió, y también me avergonzó e irritó, ver en aquella pizarra lo previsible que era nuestra ruptura. Lo inevitable que era. Lo vulgar que resultaba, una cura de humildad a destiempo. Nosotros, que alguna vez creímos que nuestro amor era especial. Nada. De manual. Si alguien nos hubiese observado durante años, si nosotros mismos hubiésemos tenido la lucidez para vernos, habríamos reconocido la constancia con la que íbamos recorriendo la autopista hacia el desastre. Habríamos sabido parar a tiempo. Esa cuesta abajo de tu gráfica la seguimos hasta el final. Nos dejamos caer rodando. [p.162-3]

Finalmente no hay misterio, no hay posibilidad revolucionaria -más allá de una supuesta consciencia que permitiera dar un volantazo en la autopista-: hay repetición. El Feliz final lo es sólo y exclusivamente porque termina por el principio. No se ha producido una transformación, no hay acontecimiento capaz de transformar la rueda de lo determinado. Es feliz el final porque, ilusioriamente, se afirma: en todo encontrábamos grandeza. Esa seguridad candorosa de los enamorados, esa presunción enloquecida. Mirábamos a otras parejas y las juzgábamos y condenábamos fulminantemente: no son como nosotros. No se aman como nosotros. No han conocido un amor tan grande. [p. 291-2]

En este sentido, no he podido dejar de pensar en Amor de Michael Haneke como la obra opuesta a Feliz final. Mientras que en el magnífico texto de Isaac Rosa la relación está presa desde el final que es el principio en la repetición del deseo, la película de Haneke, muestra las consecuencias del compromiso ético del amor, su realidad como acontecimiento.

Publicado por Jesús Ángel Ruiz Moreno