Victor Jara, Ayer y Hoy

A 45 años del asesinato del gran Víctor Jara a manos de los militares golpistas chilenos, recuperamos uno de los programas de Radioactividad que tuvo como protagonistas al cantautor chileno. El programa formó parte de una serie que se englobaba bajo el nombre de Música a 26 revoluciones.

Programa: A 26 Revoluciones. Victor Jara

Víctor Jara fue detenido el 12 de septiembre en la Universidad Técnica del Estado, llevado al Estadio de Chile, donde tantas veces había cantado, para ser interrogado y torturado por su compromiso con el proceso revolucionario que encabezaba Salvador Allende. Finalmente su cuerpo se halló atravesado por más de 40 balas, con las manos destrozadas y los dedos y la lengua cortados para que no pudiera tocar y cantar más. Se habían ensañado con él llevados por el odio

“Tú eres ese maldito cantante, ¿no?», le dijo un suboficial al tiempo que lo golpeaba en la cabeza, lo derribaba y le pateaba el vientre y las costillas”

No le perdonaban a él, como sucedió con tantos otros, su compromiso revolucionario, su participación al lado del pueblo en su lucha por su emancipación. Se abría así un periodo de represión y violencia contra los movimientos populares y revolucionarios que habían buscado la transformación social de la sociedad a través de los procesos electorales. Una advertencia de lo que se podía esperar de la burguesía, cuando veía peligrar su dominio de clase.


Su familia organizó su entierro definitivo el 5 de diciembre de 2009, con un acto de homenaje en la sede de la Fundación Víctor Jara y sus restos fueron finalmente depositados en el Cementerio General de Santiago.

Si Víctor Jara murió por ser un actor importante en el proceso social, hoy sigue siendo un referente por su legado, musical pero también moral. Respecto a sus torturadores y asesinos, el pasado 3 de julio se conoció la sentencia, en primera instancia, por la que 8 militares participantes en su tortura, desaparición y muerte, eran condenados a 18 años de prisión (hecho que contrasta con la todavía total impunidad con la que en nuestro país los torturadores y asesinos del franquismo se siguen conduciendo).

Su legado sigue vivo